Cuando las primeras promociones salieron, la población, desprovista de cuidados podológicos hicieron una grata acogida de estos, pero a medida que se diplomaban más y más podólogos…las cosas empezaron a cambiar.
La nota de corte no subia y cada año el virus atacaba a más y más jóvenes.
Corre el año 2025……
¡Hordas de podólogos tomaron las calles!
Se podían ver sexagenarios y ejecutivos correr despavoridos delante de veinteañeros provistos de bisturís y de fresas de canales en sus manos.
Llegó el momento en el que había más podólogos que habitantes censados; esperaban a las puertas de los centros de día ofreciendo los servicios más baratos jamás vistos.
La población alcanzó las mejores estadísticas en detención de enfermedades vasculares y los diabéticos ya no temían perder sus miembros inferiores. Y el hallus valgus se erradicó como antaño lo hizo la viruela.
Asimismo, desaparecieron los cepicallos y los parches de ácido, pues era más barato ir al podólogo que cualquiera de estos otros elementos.
Pero ahora la población tiene miedo,….levantan una piedra, y además de un informático y un chino, aparece un podólogo.
¡Tened cuidado!, se han conseguido camuflar entre la población, van vestidos de calle y se comportan como el resto de los humanos.
Pero no teman, hay una serie de características que los delata:
- Cuando vea que una persona le sigue mirándole los pies por detrás, ¡huyaa!, le está haciendo un análisis biomecánico.
- Si ve una persona romper un anuncio de una esteticista, ¡huyaa! No quiere competencia, usted podría ser su próxima víctima
- Si grita por la calle palabras como: alicate de triple articulación, quiropodia u onicogrifosis y alguien levanta la vista ¡huyaa! Es el reclamo del podólogo y viene en busca suya para darle precios
- Y sobre todo, el amor incondicional a una profesión tan sacrificada como es la Podología.
Dedicado a todos los zombies de la podología.
PUBLICADO POR: CON PIES DE PLOMO
viernes, 1 de enero de 2010
Alerta: ¡ataque podológico inminente!
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